Por Gretchen Gómez González
El Festival Chocolate con Café concluyó recientemente en su séptima edición. En realidad han sido ocho si se cuenta aquel pre evento que un año antes de la primera edición atrajo a la ciudad de Guantánamo -su sede- a los artistas Leyanis López, Leo Vera, el dúo Buena Fe y a Waldo Mendoza, como impulsor principal.
Después de este tiempo realizándose, el Festival ha calado tanto en los guantanameros que lo sienten como suyo, lo esperan e incluso quisieran que se extendiera por otros municipios, como buen samaritano que reparte la dicha. Es de los festivales que ha sobrevivido en los últimos tiempos en Cuba, y eso nos dice mucho de la perseverancia y por ende valía de sus organizadores.
Waldo Mendoza, es el principal de ellos: un químico devenido en músico, un habanero emigrado al Guaso, la voz de tan íntimos momentos.
Al escribir sobre esta edición el artista fundador dijo que “va creciendo como una bola de nieve”. El encuentro cultural se ha desarrollado como la propia carrera del artista. Ha ido de copo de algodón a bola de nieve.
El apelativo de “copo de algodón” se lo puso la gran Omara Portuondo, en referencia a que él había comenzado desde lo poco, y aun en el camino del reconocimiento el peso de la carga que implica se le volvía “agradable y ligero”.
Y ciertamente Omara fue preclara. Al baladista se le vio así de diáfano en los diferentes espacios. Lo mismo en conferencias de prensa, en conciertos, que tramando la próxima edición.
Como gestor cultural que se ha vuelto, no busca protagonismos. Hace y hace, dispuesto a compartir su optimismo, empuje y alegría. La primera vez que lo entrevisté previo a un concierto en el Teatro Heredia de la ciudad de Santiago de Cuba, me pareció un hombre tan exigente como dulce. Creo que de esa mezcla equilibrada sale el logro de su obra.
El autor de “Que lindo es…” en sus palabras sobre el Festival, publicadas por el portal feriabiocuba.com , demostró cuánto valora el trabajo en equipo al reconocer tanto las personas mas cercanas a él, incluida su familia, como a la treintena de agrupaciones y artistas de Cuba y otros lugares del mundo que a lo largo de estos años han deleitado al público guantanamero con su arte durante los días del evento.
Asi mismo Waldo agradeció a las instituciones que los han acompañado. Entre ellas la dirección de Cultura, el Fondo de Bienes Culturales, el Instituto Cubano de la Música, la EGREM, la Agencia de Representación Artística, y Musicuba.
No porque fue visible la complicidad, deja de admirar la nobleza y precisión con la que Waldo agradece y calibra la contribución de actores claves del éxito de esta edición. Entre ellos Michele Curto, quien para él “apareció como la cigüeña repartiendo amor y al Festival le puso su impronta, su carisma y su corazón… Nos arrastra lentamente al universo empresarial que es un gran reto a la eternidad del día, al futuro posible”, aseguró.
Waldo enaltece además él aporte del gobierno municipal, al frente del cual se encuentra Idaliena Díaz Casamayor, “la joven que lloraba de felicidad… mujer sensible pero firme, decidida y querida, siempre dispuesta al frente, como un buen árbol gigante para cobijas de carreteros.”
En Yoel Pérez García, el nuevo Secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia ve “el hombre pujante de esmerada lealtad, común y a la moda, uno más de nosotros, un guantanamero más.”
Es la primera vez que participo en persona en el Festival, pero basta lo que vi para coincidir con la valoración de Waldo: esta séptima edición puso la varilla muy alta. Yo, como él y como todos estamos muy felices. Este gran alcance, dice el artista que se debe: “al esfuerzo y constancia de muchos y de otros, que finalmente entendieron nuestra propuesta y se sumaron… Somos más empujando la carreta”, diría él.
A eso yo solo agrego, admirada, la suerte de tener hombres y mujeres que desde la Isla, tienen el coraje de fundar. Cubanos que contra toda tempestad, son consecuentes y coherentes, como se definen ellos mismos, buenos “carreteros” de un país.
*Gretchen Gómez González, periodista y realizadora cubana.
